lunes, 21 de agosto de 2017

El Refugio Antiereo de Motril, historia sepultada.

Saludos amigas y amigos.


Hoy quiero invitaros a conocer un nuevo vestigio del patrimonio marteño que recientemente ha sido redescubierto aunque como tantas cosas acabará perdido.

Os voy a mostrar un nuevo refugio antiaéreo de nuestra localidad, pero no uno cualquiera. Se trata de un refugio militar con una interesante historia a sus espaldas.

Como sabéis a lo largo de este año se están realizando obras en la carretera que va desde Martos a Santiago e Higuera de Calatrava. Unas obras muy necesarias por otra parte y desde hace ya mucho tiempo, ya que los que utilizamos esa carretera usualmente, ya seamos marteños, de Monte Lópe, santiagueños o higuereños, o simplemente lo utilicemos para ir a trabajar sabemos que en más de un tramo, si pasabas más rápido de la cuenta con los baches casi dabas en el techo del coche.

Como resultado de estas obras, de forma fortuita como en muchas ocasiones ocurre con yacimientos arqueológicos y demás, a resurgido el espacio que hoy os muestro.


El Refugio antiaéreo de Motril.

Boca del refugio, parcialmente descubierta
Como digo este lugar guarda una interesante historia. Como hemos comentado en otras ocasiones durante la guerra en la que participaron demasiados países para que se pueda llamar civil, en Martos se construyeron más de 60 refugios.


En las Navidades de 1936, cuando el inefable Queipo de Llano inició la llamada Campaña de Navidad con la que pretendió conquistar toda la provincia de Jaén y ayudar a los facciosos asediados en el Santuario de la Virgen de la Cabeza, nuestra ciudad se convirtió en zona de retaguardia republicana enfrentada directamente en el frente con Porcuna que quedo en zona nacional el 1 de Enero de 1937.
Una estampa que probablemente pudiera parecerse al lugar que hoy tratamos(LA HISTORIA EN COLOR)
Desde ese momento comenzaron a llegar a la ciudad todo tipo de tropas que se instalaron en cuarteles a lo largo de la ciudad, al tiempo que los nacionales comenzaron a bombardear Martos de forma indiscriminada  durante toda la guerra. Esto llevó a la construcción de todos los refugios de Martos tanto dentro de la ciudad para proteger a los civiles, como fuera de la misma para proteger a los muchos militares apostados en la defensa.

Entrada al refugio desde dentro
La carretera hacia Santiago e Higuera cobró especial relevancia en aquellas fechas, puesto que era la carretera más directa al frente de batalla. Eso hizo que fuera militarizada, y que se instalaran varios controles militares a lo largo de la misma.

Pared original donde aún aparecen las marcas de los picos
 A dos kilómetros de Martos, junto a la actual orujera, se estableció en principal control, que cambió el aspecto de aquel lugar puesto que los soldados talaron los olivos para utilizar su madera para calentarse en invierno y eso aún hoy se aprecia, puesto que los olivos actuales están claramente diferenciados por edad unos de otros.

Antigua ermita de Motril, hoy desaparecida, usada como refugio de tropa en la guerra
Imagen de la Virgen que se veneró en la Ermita de Motril
Al hacerlo, quedaron expuestos y a plena vista de la aviación, lo que los condujo a la construcción de un refugio en el talud mismo de la carretera.

Ermita de Motril, arruinada
Clave calatrava de la Ermita
Los soldados se establecieron junto a una antigua ermita rural hoy lamentablemente desaparecida, que era conocida por todos como la Ermita de Motril y que realmente se llamaba Ermita de la Virgen de los Dolores y San Fernando, muy posiblemente dedicada al rey Fernando III que conquistó la ciudad en la Reconquista. Una ermita de la Orden de Calatrava que después fue mantenida por los Marqueses de Blanco Hermoso y que estaba dedicada a un Rey de Castilla, en cuyo interior se veneraba la imagen de una virgen de piedra muy misteriosa, hoy al parecer en manos de un particular...solo en Martos podía permitirse la reciente demolición de un lugar tan singular como este...en fin (como dicen por ahí, como algún día se lleven Valeo de Martos van a faltar olivos).


Del campamento militar hoy solo quedan los jóvenes olivos que volvieron a ocupar el espacio que les pertenecía (posiblemente si algún día se excavará arqueológicamente este lugar arrojaría muchas sorpresas) pero el refugio se mantuvo intacto durante muchos años después de acabar la guerra. Acabo sepultado pocos años después de la llegada de la democracia, porque sí, porque estorbaba, como tantas cosas que estorbaban aquí y fueron enterradas o destruidas. (Pilar de la Fuente de la Villa s.XVI, Pilar de la Fuente Nueva XVI, Villa Romana con mosaicos s. I, etc ) y tras las obras, ha vuelto a resurgir como un espectro de lo que fue.

La entrada aún mantiene la boveda original
Las dos puertas que tenía el refugio afloran a duras penas, aunque aún mantienen la estructura del refugio intacta, y se puede ver la bóveda del techo. El paso del tiempo y el hecho de haber sido sepultado han cambiado mucho este refugio. Solo se puede entrar reptando, y tras ello aún se puede acceder a todo el refugio que en algunas zonas tiene 1 metro aproximado de altura, puesto que la tierra y los escombros que se utilizaron para sepultarlo se han ido introduciendo en su interior. Aún así se puede recorrer los 20 metros con sus dos salidas, y se conservan aún en las paredes las marcas de las herramientas que se utilizaron para la construcción del mismo.

En primer lugar, una de las entradas al refugio, al fondo la segunda boca
Una lástima que este refugio como tantos y tantos otros en nuestra ciudad permanezcan en el más completo olvido y anonimato.

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