jueves, 29 de mayo de 2014

Ruta por la Serrezuela de Bedmar, un gran reto

Hoy os traigo todo un reto.


Hacía ya tiempo que no regresábamos a las montañas de nuestro Paraíso Interior y ya tocaba perderse por las laderas de estos gigantes.


La ruta de hoy para mí es especial. Hacía muchos años que le tenia ganas, ya que hace bastante tiempo estuve en la recolección de la aceituna en esta localidad que hoy visitamos, Bedmar, y en esa temporada de aceituna, siempre que paraba en los descansos, se alzaba ante mi vista una impresionante montaña bautizada como la Serrezuela de Bedmar. Y desde entonces me convencí de que tarde o temprano ascendería tal montaña.


Una montaña singular, realmente quizás no es muy llamativa a la vista. Sus laderas desnudas, en las que crecen tan solo matorrales le dan un aspecto agreste e inhóspito, pero al mismo tiempo, sus impresionantes paredes verticales plagadas de oquedades y abrigos son muy llamativas.

Para iniciar el reto de hoy, nos vamos hacia la localidad de Bedmar de la que ya tuve el placer de hablar en otra ocasión http://mangelcaballero.blogspot.com.es/2012/07/jaen-tambien-en-verano-el-entorno-del.html 

Partiendo de las últimas casas de este pueblo de Sierra Mágina recorremos unos cuantos metros por la carretera en dirección a Jódar.

Al poco nos adentramos ya en el campo, caminando primero por algunos olivares y almendros.

Nuestro camino hasta el momento será llevadero, adornado por las hermosas vistas de todas sierras circundantes.


Pero pronto comenzará una subida no apta para personas poco aficionadas a salir al campo.


La subida se inicia por un barranco que atraviesa toda la montaña y que llama la atención desde lejos.


El ascenso no es fácil, la vegetación que conforme vamos ascendiendo se va haciendo mas áspera y espinosa nos pondrá las cosas difíciles y el terreno por donde circula el sendero además de tener un desnivel considerable, discurre por algunas escombreras naturales que dificultan a veces el paso.


Conforme vamos mediando la subida, nos iremos acercando a las paredes rocosas verticales, pobladas por multitud de aves rapaces que utilizan los salientes y pequeñas cuevas como nido.


Tras bordear algunas cuevas o abrigos y cruzarnos con restos de la desidia del hombre con el medio ambiente ( no se puede calificar de otro modo, encontrarse en mitad de esta hermosa subida con un viejo automóvil destrozado al haber sido arrojado barranco abajo ) llegamos a lo que parece ser la cima de la montaña...



El paisaje cambia repentinamente. La gran subida llega a su fin y al coronar el barranco, podremos caminar por una meseta prácticamente llana.Nada comparable a la anterior subida.




Mientras recuperamos el aliento, podemos disfrutar de la panorámica que ante nosotros aparece, de gran parte del olivar de Bedmar, junto al entorno del Río Cuadros y algunas de las cumbres de esta Serranía.



Continuando con la ruta llegaremos a un Portillo, donde quedan los restos de una antigua construcción ganadera.




Aquí, nos sorprenden las vistas de la cercana localidad de Jódar y de pequeños bosques de encinas, protegidos por las altas cumbres que nos rodean, que a la vista parecen ser inaccesibles.


Continuando nuestro ascenso, rodeado de pastos de montaña y bajo la atenta mirada de varias águilas que sobrevuelan tranquilamente la zona, iniciamos el último ataque a la montaña.




No nos significará mucho esfuerzo alcanzar los últimos metros de esta y llegar al vértice geodésico de la cima.



En este momento ante nuestros ojos, la montaña nos ofrece un espectáculo único.



Cientos de kilómetros a la redonda aparecen ante nosotros. Bedmar, Albanchez de Mágina,  Jódar, Garcíez, Jimena, Úbeda, Baeza entre otros, acompañados por las vistas de toda Sierra Mágina.



Tras un merecido descanso, disfrutando de las vistas desde las alturas, iniciamos el descenso sabiendo que a cada paso, nuevas panorámicas nos asaltan.



Conforme bajamos sobretodo, las vistas de Bedmar recostado en las laderas bajas de esta montaña y adornado por un castillo, como corona nos ayudarán a regresar a la zona baja, nuestro punto de partida, cautivados por las imágenes que hoy hemos disfrutado y recordando las palabras de un ilustre montañero.


¿ Por qué subir a las montañas ? Porque están ahí

George Leigh Mallory

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